
Hoy era unos de esos días de cicloturismo en estado puro y mítico por la ascensión al coll de Pal, para mí unos de los puertos más duros de Catalunya, de la categoría de Rassos de Peguera.
El plan de inicio en Ripoll era claro: ir de "tranquis" y disfrutar de los bellos paisajes que disponemos en Catalunya, para algunos desconocidos. A veces la gente viaja fuera y a lo mejor desconoce lo propio de su tierra.
Hemos coronado la Merolla "chino-chano" y observando los bonitos parajes y pueblos a nuestro paso, con esa filosofía hasta Bagà.
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